Dar los paseos más largos, por los lugares más hermosos.
Conversar de las cosas más guardadas, las siempre escondidas.
Ver las películas más románticas, en el mejor cine.
Bailar las canciones más emotivas, las más certeras.
Abrazarnos hasta el infinito, una y otra vez.
Darnos los besos más dulces, los más intensos.
Ser parte del otro con tanta necesidad, tan ajenos a todo.
Y al final ver que todo lo que uno creía necesario, no es suficientemente bueno.
Otra vez, y otra vez
miércoles, enero 02, 2013
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